Este es un libro que lleva ya varios años editado y hoy lo traigo al blog como recomendación porque considero que la evaluación en la etapa de educación infantil es un tema casi siempre olvidado y sobre el que existen pocas publicaciones específicas.
En un momento en el que la evaluación ha cobrado una especial relevancia a raiz de los resultados de los informes sobre la calidad del sistema educativo, cabe preguntarse qué es lo que dichos informes evalúan y, sobre todo, si esto se corresponde con el tipo de prácticas educativas que tenemos en nuestras escuelas.
Desde un punto de vista educativo, cualquier evaluación debe servir para darnos información válida que nos ayude a tomar decisiones acerca de cómo seguir interviniendo para que los alumnos y alumnas aprendan y construyan concimiento. La mayoría de las veces, la realidad es que la evaluación es un aspecto que no es del todo explicito en nuestras prácticas educativas y que raramente nos facilita la información necesaria sobre cuáles son los procesos de aprendizaje que llevan a cabo los alumnos y alumnas, ni sobre la intervención del docente y si esta es pertinente y adecuada o no. Más bien la utilizamos únicamente para recabar la información que posteriormente damos a la familia sobre sus hijos.
La evaluación que nos proponen en este libro es una evaluación formativa que sea útil y más acorde con las prácticas educativas que actualmente se llevan a cabo en esta etapa educativa. Su propuesta se basa en el uso de los portafolios o las carpetas de los trabajos que las alumnas y alumnos elaboran a lo largo del curso y de la documentación que los y las docentes recogen de los procesos de aprendizaje. Todo este material constituyen evidencias de lo que el niño ha aprendido y sirven para generar un diálogo sobre el aprendizaje tanto con el alumno o alumna como con las familias. La reflexión que se realiza a partir de los portafolios permite a unos y otros tomar conciencia de lo aprendido y de lo que es necesario mejorar y cambiar.
Dos son los aspectos que merecen destacarse en todo este proceso de evaluación, por un lado la participación de las familias en todo lo que concierne a la educación de sus hijos e hijas y por otro la importancia que adquieren los portafolios como ayuda para el desarrollo profesional del profesorado. Las autoras sostienen que la evaluación basada en el uso portafolios promueve la reflexión y la adquisición de conocimientos necesarios para el desarrollo de su profesión como son los contenidos referidos al desarrollo infantil, la capacidad de observación y el cómo realizarla y la habilidad para adaptar el curriculum a las necesidades de sus alumnos y alumnas.
De forma muy amena y didáctica nos exponen cuál puede se el contenido de los portafolios, cómo recoger la información que se incluirá en ellos y como organizarla. Nos ofrecen numerosas sugerencias prácticas e incluso proponen la manera de crear dichos portafolios en diez fases, desde tomar fotografias hasta como realizar anotaciones o escribir el informe. Aunque esté estructurado no deja de ser una propuesta abierta adaptable a cualquier aula y forma de trabajar y ahí radica también su potencialidad y su valor.
En este vídeo podéis ver un ejemplo de qué es un portafolio.